jueves, febrero 10, 2011

El delito de los que nos engañan no está en el engaño, sino en que ya no nos dejan soñar que no nos engañarán nunca

Víctor Ruiz Iriarte

1 comentario:

Jesús dijo...

La pérdida de confianza es lo más terrible que a uno le puede pasar porque restituir la confianza es tarea casi imposible cuando se ha fallado de una manera flagrante.
Y a veces es tan duro porque se puede fallar sin intención y entonces es aún peor para la persona agraviada y para la persona que falla.
Un saludo cordial